El Banco Mundial proyecta a Argentina como segundo en crecimiento en Latinoamérica
La economía argentina está mostrando signos de recuperación después de un par de años complicados. Según un reciente informe del Banco Mundial, se espera un crecimiento del 4,6% del PIB para este año. Esto es una buena noticia, aunque también hay desafíos por delante que debemos tener en cuenta.
El informe, que lleva por título “Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento”, presenta un panorama de Latinoamérica. Si bien se anticipa que la región crecerá alrededor del 2,3% en 2025 y 2,5% en 2026, esto se considera uno de los ritmos más bajos globalmente. La inflación persistente y la debilidad de la inversión son algunos de los factores que influyen en estos números.
Nuestro país, específicamente, está viendo una mejora gracias a la recuperación de las exportaciones agrícolas tras la sequía del año pasado. Además, se están notando los primeros signos de mejoría en el consumo y la inversión privada, lo cual es alentador. Esto ha sucedido en parte gracias a un plan de estabilización que empezó a dar frutos, bajando la inflación y logrando un superávit fiscal.
En cuanto a las cuentas públicas, el reporte indica que los déficits fiscales siguen siendo altos en Latinoamérica. Sin embargo, Argentina es considerada una excepción, ya que ha logrado avances importantes en su consolidación fiscal y ha conseguido superávits.
Se prevé que Argentina será la nación con mayor crecimiento en la región entre los grandes países, justo detrás de Guyana, que lidera con un crecimiento proyectado de 11,8%.
Reformas necesarias
Para aprovechar esta recuperación, es esencial que nuestros gobiernos aceleren las reformas que mejoren el clima de negocios. Según Susana Cordeiro Guerra, vicepresidenta para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, hay que invertir en infraestructura adecuada y movilizar capital privado.
El entorno global sigue siendo complicado, con una caída en la demanda mundial y precios de materias primas que se proyecta decrecerán entre un 10% y un 5% en los próximos años. Esto puede afectar a sectores claves de nuestra economía.
Además, la inflación sigue siendo un problema, y la relación deuda/PIB está en 63,8%, en aumento desde 2019. Esto eleva el costo del servicio de la deuda y constriñe aún más la inversión y la creación de empleo.
Para estimular el crecimiento privado, el informe propone una agenda con tres ejes:
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Invertir en capital humano: Es vital mejorar la calidad educativa y facilitar la formación de emprendedores. Un dato interesante es que, en Argentina, los puntajes del quintil más rico de familias en evaluaciones educativas son inferiores a los del quintil más pobre de Vietnam, que tiene una economía menor. Esto resalta la necesidad de alinear la educación con las demandas del mercado.
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Apoyar reformas políticas y regulatorias: Se deben eliminar subsidios perjudiciales, reformar el sistema impositivo y mejorar la logística e infraestructura digital. Esto reduciría las barreras de entrada para nuevas empresas.
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Ampliar el acceso a financiación: Más de una cuarta parte de las empresas enfrenta restricciones crediticias, un número alarmante comparado con la media de la OCDE. Mejorar la distribución de riesgos y modernizar las leyes de quiebra son claves para fortalecer el ecosistema emprendedor.
El rol del emprendedor es crucial en este proceso. Necesitamos apoyarlos, ya que son quienes identifican oportunidades e impulsan la innovación. Cada uno de nosotros puede contribuir a romper con el estancamiento y avanzar hacia un futuro más próspero.